patito

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jueves, 28 de abril de 2011

Declaración de intenciones (y esas cosas rimbombantes que tanto me gustan, oiga)

En este mundo hay muchas maneras de relajarse...
Algunos (los que pueden) se entregan desenfrenadamente al sexo.
Otros, a las drogas (combinar estas dos opciones es más que habitual, amén de divertido).
Otros leen, los hay que hacen deporte, croché, punto de cruz.
A mí, lo que me relaja, es cocinar.

En la cocina he pasado los mejores momentos de mi vida. Los primeros recuerdos de mi infancia reflejan a mi abuela preparando sopas celestiales con cuatro cosas en su cocinita antigua (en esa época comer me daba mucho asco. Era tan tan tan mala comedora que me tenían que dar las lentejas con chocolate). Un poco más mayor, recuerdo con muchísimo cariño a mi madre preparándome tartas increíbles para mi cumpleaños, rellenas de chocolate, nata y fruta. Ya me gustaba ayudarla levantando claras a punto de nieve y clavando cuchillo en el bizcocho para ver si estaba hecho. Me gustaba bichear todo lo que guisaba, y siempre me fijaba con atención.


(soy la pequeña, como veréis, ya le daba al dulce desde mi más tierna infancia)

Cuando me fui de casa a estudiar tuve que enfrentarme sola a la cocina. Después de quemar alguna que otra sartén y de destrozar, sin intención, el ajuar heredado para el periplo madrileño, digamos que me fui aficionando a esto de cocinar. Porque, junto con la lectura compulsiva, no hay nada que me entretenga más que ponerme delante de los fogones y cebar al resto. Sobre todo a base de dulce....




Por eso, tras mucho pensar, dudar...inauguro este humildísimo blog, en el que espero no enseñar (porque no dejo de ser una aprendíz) sino sobre todo aprender. Y divertirme. Quiero un rincón en el que compartir mis creaciones, versiones, desastres y, sobre todo, herencias culinarias, muy variadas gracias a ser mitad del norte y mitad del sur.

Este es un blog demócrata y abierto, donde, desde el respeto, se pueden hacer toooodas las sugerencias y críticas...

Muy prontito pondré la primera recetica, un postre andaluz en homenaje a mi abuela, a la que el alzheimer le ha robado casi todo...

¡Perdón por el rollo y gracias!