patito

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jueves, 26 de mayo de 2011

#Diadelarecetasingluten Pan de bacalao con pasas y cebolla. Receta sin gluten



Lo que son las cosas. La semana pasada andaba yo por Santiago de Compostela, haciendo tiempo hasta quedar con mi querida amiga Sara (que me convidó a un estupendísimo fin de semana en Cambados) cuando me dio el hambre. Eran las 7o así, típica hora "tonta". Pregunté allí y allá y por fin di con una pastelería donde ¡Oh cielos! Las empanadas me tentaron. Tras dudar un rato, le pedí consejo a la empleada, que sin dudarlo me dijo: "Ay, filliña, cómetela de bacalao con pasas, tú que puedes, que yo soy celíaca".Cosas de la vida, oiga, a la semana siguiente Laura Eiriz, una enfervorizada fan de la fanpage de El Comidista, es decir, Yo también soy una enfervorizada seguidora de El Comidista, nos propuso participar en la iniciativa #diadelarecetasingluten. Y yo, que nunca digo "No", me dejé liar.
Para ser sinceros, yo apenas había oído hablar de la celiaquía hasta que empecé a frecuentar Mercadona. Se dice, no sé hasta qué punto es cierto, que la hija del dueño de mi cadena de supermercados favorita es celíaca, y que él, amante hacedor, ha impulsado productos sin gluten. Cierto o no, la verdad es que hace la vida más fácil a mucha gente y además ha concienciado a la sociedad sobre la importancia de esta enfermedad autoinmune.

Y me puse manos a la obra hoy mismo, ayudada por mi querido padre que me ha servido de pinche, ya que no puedo mover mucho el cuello hasta dentro de unos días. Estoy en mi casa en Sevilla, a donde he venido acompañada del hijo de Colillo, Pitotito, que ha querido venirse a conocer sus raíces.

Os dejo este intento de empanada, que al final se ha transformado en ua decostrucción de pan....



Ingredientes:

Relleno
800 gramos de bacalao desalado
3 cebollas
100 gramos de pasas
Aceite

Masa (inspirada en los reyes de este cotarro, Cocina con Poco)
500 gramos de preparado para pan sin gluten
20 gramos de levadura fresca o 15 de la de panadería
2 huevos
un chorro de vino blanco
50 gramos de agua
70 gramos de aceite
Un poco de mantequilla
Sal

Ponemos a pochar, en su rico aceite de oliva, las cebollitas cortadas finas, hasta que doren y estén rubias, como la Shakira. Mientras, mezclamos en un bol los elementos líquidos de la masa con la sal. Primero lo templamos y luego mezclamos los huevos, y mezclamos bien, con amor.
















Aparte, en otro bol, mezclamos la harina sin gluten y la levadura, que tendremos que desmigar) y cuando esté bien ligada, incorporamos la mezcla anterior y hacemos una bolita, que tapamos con film y dejamos en la nevera media horita.
















































Podemos aprovechar para incorporar el bacalao bien desmigadito a la cebolla con las pasas, y lo tenemos cocinando unos diez minutitos. Reservar.
















A la media hora, sacamos la masa de la nevera, la golpeamos y volvemos a amasar y a envolver en film transparente, esta vez una hora.

Mientras, podéis aprovechar el tiempo....




Cuando esté, precalentamos el horno a 180 grados y ponemos la masa en una superficie con harina y amasamos con el rodillo hasta que quede finita. Echamos el relleno y cerramos nuestro pancito sin  gluten, delicioso y cien por cien seguro. Un enorme beso a todos los afectados, a ver si aumentamos las medidas de seguridad de cualquier alimento, que al fin y al cabo, es algo bueno para todos.

lunes, 16 de mayo de 2011

Iniciativa #Minitarta: Mississipi Mud Cake (Tarta del Misisipi)


Locos varios que pululamos por internet, escribiendo/leyendo/comentando movidas varias sobre cocina y su cultura nos hemos unido hoy, día de Fátima, para una iniciativa curiosa. Primero fue la #Megagalleta, luego la #Megamagdalena y ahora, cómo no, es el turno de la #Minitarta. La idea partió de Mila, de Cakelarre, cuya web tenéis que visitar porque es un bombazo, es como ir al Museo del Prado de las tartas. Pues dicho y hecho. A 12 de mayo, 60 fanáticos del dulce estábamos convocados a elaborar una tartita con un único precepto: que fuera pequeñita, con un tamaño de plato de postre. El resto: a la elección del personal.

Como soy una rayada, estuve muchísimo tiempo dándole vueltas a la cabeza para ver qué tarta hacía. Después de todo tipo de conjeturas extrañas (e inquietantes) me topé con un libro delicioso, que os recomiendo, y que me inspiró. Se trata de El Gran Libro del Gourmet: Chocolate. Nuevas Armonías, de Rosalba Gioffré (Susaeta). Os recomiendo su lectura, porque además de contener recetas buenísimas, explica la historia del chocolate. Una historia que deberían enseñar en los colegios, de la que me haría catedrática a fuerza de práctica.

Mi pequeña obrita es una Mississipi Mud Cake. Sí, los que sabéis inglés habéis leido bien. La traducción literal es "Tarta de fango del Misisipi", pero tranquilos todos, porque de fango solo tiene la textura. Esta riquísima delicia, un clásico del Sur de Estados Unidos, tiene una consistencia cremosa, etérea, como el fango de las riberas del río que baña ese Estado, el más pobre del país en lo económico, pero cuna de tremendos imprescindibles como Elvis o William Faulkner.

Para una rica minitarta de 13 centímetros de diámetro (no es tan pequeño, según muchos...)




















-150 gramos de mantequilla
-147 gramos de chocolate de cobertura fondant
-1 cucharadita de café soluble
-90 gramos de harina de fuerza (que tiene levadura)
-90 gramos de harina de repostería
-40 gramos de cacao (admite más)
-1/4 de cucharadita de bicarbonato
-150 gramos de azúcar (admite un poco más)
-2 huevos
-70 gramos de suero de leche (se hace echándole a la leche una cucharadita de zumo de limón y removiendo. Se deja al aire y cuando esté cortado, está listo)
-Una cucharada de aceite de oliva (quizá sería más purista de girasol, pero yo no tenía)
Glaseado -150 gramos de chocolate de cobertura fondant
-70 ml de nata

Si queréis hacerla grande, para un molde 22 centímetros, las cantidades simplemente se doblan.

Engrasamos nuestro molde con mantequilla y lo forramos con papel de horno, dejando que sobresalga un poquito. Precalentamos el horno  a 160º.

A continuación, en una cazuela fundimos a fuego lento la mantequilla, el café y el chocolate. Removemos con cuchara de madera (muy típica de Misisipi) y hasta obtener una crema lisa. Solo entonces retiraremos del fuego y dejaremos entibiar.
















En un cuenco grande tamizamos las harinas, el cacao y el bicarbonato.
















Agregamos el azúcar. Después añadimos los huevos, muy poquito batidos, con el suero de leche y el aceite.
















Lo mezclamos todo, poco a poco, con una cuchara de acero inoxidable (una gran tecnología) y vamos incorporando la crema de chocolate.
















Lo tenemos cociendo una hora y veinte minutos, aunque mi horno es malucho y lo tuve que tener más. Si al salir vemos una pedazo de cosa enorme, con copete duro, no nos asustemos: se corta e iguala para quedarnos con la exquisita base...
















Lo dejamos enfriar y preparamos el glaseado, fundiendo a fuego lento, que también hay que entibiar....
















Y procedemos a cubrir...
















Y, después de unas horitas en la nevera, obtenemos esta belleza, cuyo acompañamiento ideal es nata, quizá aromatizada con canela o vainilla. Mejor si antes de consumirla la sacáis de la fresquera una horita o así. Os aseguro que es deliciosa, cremosa...muy diferente a lo que estamos acostumbrados... ¡Viva Mississipi! ¡Viva la #minitarta!


lunes, 9 de mayo de 2011

Corona deliciosa de avellana y cacao al perfume de pimienta y café




¡Santos días de primavera!

El buen tiempo y el sol hacen de mi una persona mejor, con más ganas de salir y divertirme pero también de meterme en la cocina, porque a mi la luz y el calor, rara que es una, me dan hambre. Hoy quiero compartir con vosotros esta corona estupenda de avellanas y café, ligeramente perfumada con pimienta de Jamaica y café. Es estupenda para desayunos y meriendas y admite variaciones, claro. Los más golosos pueden añadirle, si quieren, más cacao, aunque os aseguro que el sabor, delicioso y exótico, os va a gustar si seguís al pato al pie de la letra...

Ingredientes (8 personas)















-175 gramos de mantequilla sin sal ablandada, y un poquito más para untar el molde
-120 gramos de azúcar moreno
-175 gramos de harina de fuerza, y un poco más para espolvorear
-1 cucharada de cacao en polvo sin azúcar, tipo Valor
-1 cucharada de pimienta de Jamaica, rayada o molida
-3 huevos batidos
-120 gramos de avellanas molidas
-2 cucharadas de buen café soluble
-Azúcar glass, para espolvorear

Engrasamos el molde con un poquito de mantequilla y lo enharinamos bien, para eviar que se pegue. Yo he utilizado un molde de bundt de silicona, aunque con uno un poco más bajo también resulta, porque no tiene levadura y subir, sube poquito.



Mientras, en un cuenco, batimos la mantequilla y el azúcar moreno. En otro recipiente, aparte, tamizamos la harina, el cacao en polvo y la pimienta.


 (Deja untosita la mantequilla, a punto pomada...)

Una vez hecha la crema de mantequilla, incorporamos los huevos, uno a uno, añadiendo una cucharada de la mezcla de harina con el segundo y tercer huevo. Luego agregamos el resto de harinas y le ponemos la avellana molida y el café, que quede así más o menos...


Pasamos la masa al molde y la cocemos al horno, que se habrá precalentado, a 180º unos 50 minutos, hasta que esté firme y esponjoso. Que la espera no nos amargue: el resultado merecerá la pena...


Una vez cocido, lo dejamos reposar en la corona diez minutitos. Una vez más, paciencia, que la podemos liar y romperlo al desmoldar. Podemos ir picando algo para evitar la tentación



Luego la desmoldamos (sobre una rejilla es más rápido y mejor, yo no tengo) y espolvoreamos con azúcar glass. Os aseguro, si os van los sabores un poco diferentes, que este dulce va a encantaros.



¡Ideal para fardar y darse un toque british si viene la parentela a dar la murga en casa!

jueves, 5 de mayo de 2011

Los centenarios huevos mole de la Yaya Rosalía



 ¡Buenos días de nostalgia y primavera!

Hoy quiero compratir con vosotros una de mis recetas más queridas, si no la más: los huevos mole de mi abuela Rosalía, heredados de madre a hija, de nieta a abuela, con raíces sevillanas y loperanas, con la misma menda. También es un particular homenaje a mi abuela paterna, con la que tuve muchas diferencias, pero que, entre otras cosas, me legó un maravilloso legado de sabores antes de que el puto Alzheimer se lo llevara casi todo por delante.

Estos huevos, esta ambrosía, por qué no decirlo, no falta en mi casa cada Viernes Santo como postre del tradicional cocico con bacalao y garbanzos. Cuando yo era pequeña los hacía mi abuela, pero cuando empezó a perder vista, yo me encargué de surtir a la familia de esta delicia. Primero veíamos la salida de la trianera Hermandad del Cachorro (mi padre es trianero, cómo le envidio) y luego dábamos cuenta de esta verdadera delicia.  Lo digo así porque es que están buenísimos, y no es modestia porque yo no los he creado. Solo perpetúo una tradición.

Ya sé que por huevos mole se entiende un postre de origen canario. Mi madre dice que lo correcto es llamar a esto niños en pijama blanco o en camiseta. Consideraciones personales aparte, no voy a cambiar un nombre centenario...Vamos al lío, que siempre me enrollo muchísimo. Ya veréis que es super sencillo, porque la base de todo es la clasiquísima natilla...hmmmm

Ingredientes (para 6 personas)















-4-5 galletas María por plato y persona (recomiendo María hojaldrada por su textura, le sienta de miedo)
-Una taza de leche azucarada calentita
-Rayadura de medio limón o media naranja
-6 huevos
-2 jarras con 625 cc de leche cada una
-Una pizca de sal
-Palito de canela
-Seis cucharaditas de maicena (una por persona, que se note que somos de ciencias)
-190 gramos de azúcar más seis cucharaditas de azúcar
-Canela en polvo

Dificultad: Para niños en camiseta

Nota bene: Para menor cantidad, basta con dividir. En el ejemplo gráfico hice una ración. Esta receta va se distribuye plato a plato por cada comensal, aunuqe una idea perfecta es hacerlo en una gran fuente. Es menos trabajo.

Lo primero de todo es calentar en el microondas una tacita de leche con azúcar. Cogemos los platos, hondos, y en cada uno ponemos 4 o 5 galletas, que procedemos a reblandecer con esta leche...




Luego cogemos los huevos y uno a uno (si optamos por presentar platos individuales) o de golpe, si lo hacemos en fuente, separamos claras de yemas. Reservamos las yemas y montamos las claras a punto de nieve. Recordad que los huevos estén del tiempo, si no, no sube ni aunque les pongas de fondo "We're the Champions"... 



Mientras montamos, cogemos la primera tanda de leche de 625 ccl con azúcar y la ponemos a hervir. Cuando hierva, vamos echando las claras de nieve para que cuajen, y se pongan duritas. Es muy sencillo, mirad, es cuestión de 30 segundos y de un vuelta y vuelta...




Clara a clara montada (así lo hacemos en casa) o todas de golpe, vamos distribuyendo sobre el lecho galletil, de forma ecuánime si lo hicimos de golpe...


Ahora es el turno de la crema que no es ni más ni menos que una deliciosa natilla...Cogemos los 625 de leche (si sobró de cuajar las claras, colada se puede aprovechar) y le echamos los 190 de azúcar, un palito de canela y la rayadura. Cuando meta el primer hervor, le quitamos la rayadura (y el palito, si gustáis) y añadimos las cucharaditas de maicena. Removed bien y enérgicamente al principio para que no queden grumos. Seguir removiendo, a fuego lento, removiendo, removiendo.....



Y removiendo, removiendo... Si os cansáis, turnaos con alguien....



Soy exagerada como buena sevillana, pero irá espesando hasta tener la gloriosa textura natillil, parecida a esta...



Entonces repartimos la natilla entre platos, o en la fuente, con sabia proporción....


Y cuando estén más frescas, espolvoreamos de canela. Recomiendo un par de horas de nevera, y os prometo que, cuando lo comáis, los ángeles y los santos os asistirán. Vuestros "costillos" os querrán con locura, vuestros hijos dejarán de tomar chuches y pedirán compulsivamente este platillo ideal para la merienda o la cena...




lunes, 2 de mayo de 2011

Megamuffin de doble chocolate y lujuria para la iniciativa #Megamagdalena

Hola a todo el mundo!
Mis dedos destilan emoción ante la que va a ser la primera entrada de mi blog. Aunque pensaba estrenarlo con una receta de mi abuela, la iniciativa de la #Megamagdalena, tan sabiamente propuesta por Pakus, y mi acelerado fin de semana han hecho que me decante por estrenar mi blog con este muffitón procaz, que alimenta tan sólo de verlo. Esta entrada será una excepción, ya que lo normal será que en las recetas me asista la mascota de este blog, que presentaré en su momento...Bueno, me encantan las magdalenas "españolas", con su aceitico de oliva, su limón en rayadura...pero esta criatura (hay que llamarla así, pesó kilo y pico) fue el postre llevado a la final de esta última Copa del Rey. Así que pensé que sería mejor llevar un muffin chocolatoso chocolatoso.... y grande y hermoso. Perdonad que no ponga fotos de la elaboración, me fue imposible, aunque el muffin es sencillísimo de hacer. Basta con mezclar y punto, y ni siquiera mezclar mucho, porque es mejor que quede pelín grumoso.

Vale, para un megamuffin hermosote, para una flanera de litro y poco de capacidad, necesitaremos:-265 gramos de harina de fuerza -4 cucharadas de harina de repostería-Media cucharadita de levadura tipo Royal-3 cucharadas de cacao en polvo de repostería, tipo Valor-150 gramos de mantequilla y un poco más para engrasar el molde-165 gramos de azúcar moreno-170 ml de leche (mejor entera, ya puestos, mejor a lo gordito)-2 huevos-200 gramos de chocolate para postres (yo me puse espléndida y usé el de Nestlé, toda la tabletaca; si vuestra economía es digna de una república bananera, al igual que la mía, van geniales los de Mercadona y Dia)-2 huevos (de los de gallina, de los otros también , ya veréis por qué)-Papel de plata-Papel de horno para hacer el copete (del sulfurizado ese no, del que es más como papel, el de Albal va genial)-PacienciaSi fuéramos a hacer magdalenucas normales, tendríamos que precalentar el horno a 200º, pero debido a las dimensiones de la criatura, necesitaremos horno bajo. Yo os aconsejo 160-165º...pero depende de vuestro horno. En cualquier caso, que sea más bajo de lo normal...
 Mientras que vuestro horno se precalienta, nos ponemos al lío y ponemos a calentar en la sarten la mantequilla con el azúcar a fuego lento, hasta que se disuelva nuestro exótico amigo. Mientras, podemos tamizar las harinas, el cacao y la levadura en un bol. (nota para hipernovatos: tamizar es pasar por el colador, da aire a la cosa y queda cool :p). En otro cuenco, batimos los huevos y los mezclamos con la leche.
Añadimos el chocolate troceadito en cachitos pequeños a los ingredientes sólidos y hacemos un hueco en el centro, tipo volcán. Vertimos en él la mantequilla azucarada y la mezcla de huevo y mezclamos todo con una cuchara de acero inoxidable. No nos volvamos locos: la mezcla debe quedar grumosa.Cogemos el molde elegido y le ponemos el papel de horno; quedará como un lindo copete de magdalena, pero en mutante. Es muy sencillo de hacer. Lo engrasamos con mantequilla y echamos la mezcla. Tapamos con papel albal, lo metemos en el horno a media altura y ahora viene lo "divertido"...la cocción. Yo en total lo tuve que tener como más de hora y media metido en el horno, porque no se me hacía por el medio. Creo que el único consejo que puedo dar es tenerlo tapado hasta que suba, y entonces quitarle el albal. Si vemos que no se hace bien y tememos que se queme, sin duda hay que tapar de nuevo. Es experimentar mucho, pero intentad no abrir el horno los 25 primeros minutos, para que no se baje.
El resultado, a pesar de las luchas con el horno, fue espectacular...Un muffitón jugoso, puro chocolate en doble textura, capaz de hacer temblar al doctor Dukan y de despertat las libidos más adormecidas...Mirad qué porte, qué arrogancia... Es el Cristiano Ronaldo de los Muffin, por su tamaño y sabor...



Pero no solo es bonito por fuera, también por dentro, como Rafa Nadal...Mirad qué jugosidad....


Yo hasta lo puse al lado del cactus de mi amiga Marisa, a ver si animaba a tan apático acompañante... Ahora me cuentan que el cactus ha crecido cuatro palmos, echa flores naturales y pretende abrir un restaurante mexicano....

Como veréis, es muy sencillo. Si queréis, basta doblar la cantidad para hacerlo más grande, aunque necesitaréis una flanera muy gorda. Los que queráis otra mayor, que no sea del chino, yo las he visto de cristal en Carrefour por seis eurillos. Creo que es una inversión de futuro...

Lo dicho, a disfrutarlo!!